El Pulso de los Carteles 8 | Sede Bilbao ELP

EL CARTEL Y EL TIEMPO

El trabajo en un cartel permite a un sujeto interesado por el psicoanálisis cernir algo de ese real que escapa: el tiempo. «Tomarse y darse un tiempo» para desplegar una pregunta subjetiva más allá, o más acá, de las demandas a las que uno es convocado por la actividad de la Escuela en su día a día. Siendo el cartel a su vez una actividad de Escuela, se diferencia en que esta permite un tiempo subjetivo de comprensión para elaborar y concluir un trozo de saber a partir de «ese instante de ver» qué es lo que le interroga. Y dentro de una estructura muy particular, pues no es sin los otros que uno «solo» hace dicho recorrido.

El 28 de septiembre, cinco colegas cartelizantes de los carteles que en estos momentos hay en Bilbao, nos expusieron su experiencia de trabajo. Me permito extraer un punto de cada uno de ellos: 

Elena Gómez se interrogaba si estar en un cartel es suficiente para decir que es un trabajo de cartel, Begoña Isasi nos transmitió que el sujeto temático, bajo diferentes planteamientos, insiste a lo largo de su trabajo en carteles, Oian López planteó el cartel como impulso a la producción y a la Escuela, Maite Martínez nos habló de los efectos subjetivos del trabajo en carteles y María Verdejo reflexionó sobre la necesidad de «poner el cuerpo» y poder trabajar desde una posición singular.

Ciertamente, cada uno de los trabajos aportó un elemento fundamental para pensar la estructura de un cartel. Y esta ganancia de saber necesita un tiempo.

Felicidad Hernández