El Pulso de los Carteles 9 | Sede Bilbao ELP

El Pulso de los Carteles  | Nº9

 

Esthela Solano dedica a “El pulso de los carteles” su intervención del 17 de octubre último en la Soirée de la ECF que tuvo por título “Una elaboración sostenida en un pequeño grupo”.

Al finalizar el evento se procedió, para aquellos que así lo quisieron, al sorteo de nuevos carteles y a un brindis.

 Con nuestro agradecimiento, he aquí su texto…

Itziar Otalora

 

 

Soirée de carteles –ECF- 17 octubre 2017

Esthela Solano-Suarez

  Genealogía del cartel

Lacan funda su Escuela el 21 de junio de 1964. Con este acto respondía a su exclusión de la Asociación Psicoanalítica Internacional, pronunciada el año anterior.

La orientación de su enseñanza, centrada en un retorno a Freud, se había inscrito en sentido contrario al espíritu de la institución psicoanalítica Internacional, lugar donde con el tiempo, los conceptos elaborados por Freud se vieron reemplazados por normas y preceptos vacíos, yendo en contra del espíritu freudiano. La excomunión[1],nombre que Lacan dio a su exclusión, apuntaba tanto a su enseñanza como a su práctica de sesiones regidas por la escansión que ponía patas arriba los estándares consagrados, haciendo valer una lógica temporal en acuerdo con la función del significante.

La función del cartel

La Escuela freudiana de París es entonces concebida por Lacan en el espíritu de reconquista del Campo freudiano, “los que vendrán a esta Escuela se comprometerán –enuncia en su Acto de Fundación– a hacer un trabajo… que en el campo que Freud abrió, restaure el filo cortante de su verdad -que vuelva a conducir la praxis original que instituyó… al deber que le corresponde en nuestro mundo…”[2]. Y este trabajo, que es un trabajo de Escuela, se llevará a cabo, añade, según el principio “de una elaboración sostenida en un pequeño grupo”[3], llamado cartel.

Como JAM ponía en evidencia, el cartel es contemporáneo a la fundación de la Escuela, y este “órgano de base” es concebido como siendo un medio y un instrumento para la realización de un trabajo. Así, con el cartel, Lacan declara la guerra a la jerarquía de notables, de didácticos, de Suficiencias y de Beatitudes de las que se había burlado en su texto “Situación del psicoanálisis en el 56”[4]. El pase, cuyo dispositivo y concepto serán presentados por Lacan tres años más tarde, en octubre de 1967[5], echará por tierra de manera más pronunciada la función del analista didáctico.

Con su acto, Lacan hace existir una Escuela donde cada uno viene para trabajar, no para sentarse y recibir un curso magistral dictado por analistas didácticos. Esto subvierte los lugares, y especialmente el lugar del saber, ya que cada uno puede conquistar este saber a condición de ponerse al trabajo, trabajo solitario, pero en el seno de un cartel. Otra vertiente congruente conceptualmente con la primera es el pase, del que no trataremos esta tarde.

La estructura del cartel

El cartel es un pequeño grupo, como puede leerse en el Acto de fundación,  compuesto por “tres personas como mínimo, de cinco como máximo, cuatro es la  justa medida”[6]. Y Lacan precisa que a este número de personas se añade la “MAS UNA encargada de la selección, de la discusión y del destino que se reservará al trabajo de cada uno”[7]. Pone el acento en el hecho de que la función del más Uno no constituirá una jerarquía, ni una promoción, en la medida en que cada cartel se disuelve al cabo de un tiempo, y los elementos de un grupo permutan en otro. Concibe así no una jerarquía “cabeza abajo”[8], sino una organización circular y arremolinada para asegurar un trabajo de formación. El trabajo del cartel apunta a una producción no colectiva, sino individual.

Al constatar al cabo del tiempo el fracaso de su Escuela, que “funcionaría en sentido contrario” a aquello para lo que la había fundado[9], Lacan decide disolverla en junio de 1980. El 11 de marzo anuncia en su Seminario la creación de la Causa freudiana[10], precisando en esta ocasión que restaura en su seno el órgano de base cuyo dispositivo había sido anunciado en la fundación de la Escuela. Retoma el cartel afinando su formalización y precisará: “Primero –Cuatro se eligen, para proseguir un trabajo que debe tener su producto…Segundo La conjunción de los cuatro se efectúa en torno de un Más-Uno que, si bien es cualquiera, debe ser alguien” [11]. Y seguidamente da esta importante precisión relativa a la función del Más-UNO: “A su cargo estará velar por los efectos internos de la empresa y provocar su elaboración”[12]. Es decir velar para que sea una empresa orientada por un trabajo y no un grupo para estar juntos y charlar sin consecuencias, ya que se supone que el Más-Uno tiene que provocar en el seno del grupo de palabra una elaboración. Dicho de otro modo, él no es quien efectúa solo el trabajo sino que está en el lugar de agente que vectorializa un proceso de trabajo.

Y para prevenir los efectos de consistencia del grupo, Lacan precisa: “Tercero: Para prevenir el efecto de pegoteo, permutación debe hacerse, en el término fijado de un año, dos como máximo“[13], indicando con ello que el cartel es un medio para el cumplimiento de un trabajo, a condición de que el pequeño grupo que le da su base material no sea un fin en sí mismo.

 

El cartel concebido desde la lógica borromea

 

Cinco años antes, en abril de 1975 tuvieron lugar las Jornadas de la EFP consagradas al cartel. El 15 de abril de 1975, pocos días después, Lacan retoma en su Seminario cuestiones relativas al cartel.

Recuerda entonces que “el comienzo de todo nudo social se constituye por la no relación sexual como agujero.[14] Estábamos seducidos con la proposición de Lacan según la cual el discurso hace lazo social. Aquí da un paso más indicando que en el lugar de la no relación sexual, que hace agujero porque no cesa de no escribirse, se inscribe el lazo social. Lazo al que da un estatuto nodal. Por tanto, todo discurso que haga lazo social se anuda sobre el fondo de la no-relación sexual.

Si seguimos su demostración es importante tener en cuenta que la no-relación sexual como agujero cuenta en tanto que un UNO, puesto que es el Uno de lo real.

Es así como leo esta frase que sigue a su afirmación precedente: “lo que quiero decir es que incluso si no son más que tres, eso hará cuatro, de ahí mi expresión “más uno”[15]

Para orientarnos mejor en esto, retomemos la lección del 15 de mayo de 1973 del Seminario Aún, capítulo titulado por JAM “Redondeles de cuerda”.  Aquí es donde Lacan explica que “el redondel de cuerda es ciertamente la representación más eminente del Uno, en cuanto no encierra más que un agujero”[16]. Es fácil constatar que un redondel de cuerda puede ser reconocido como siendo un redondel de cuerda y que al mismo tiempo este redondel de cuerda aísla un agujero, un agujero que está en elinterior de dicho redondel, pero también en continuidad con el agujero exterior. Leemos en esta propuesta de Lacan la complejidad relativa al Uno. En efecto, Lacan evoca que el sentido del Uno es equívoco a causa de la “bifidez del Uno”[17], que por una parte es el Uno solo, y por otra, el Uno contable, el Uno que se cuenta y que toma lugar en la serie de números.

Pero entonces, ¿cómo se pasa del Uno solo a la serie de números? Frege[18]

ha demostrado que ella surge de la fórmula n+1. Aquí el +1 que se añade al número que precede en la serie es el cero, el cual es equivalente al conjunto vacío en tanto que conjunto que no contiene ningún elemento, y que sin embargo cuenta como siendo Un conjunto. En esta perspectiva el agujero de la relación sexual es el conjunto vacío o redondel de cuerda, que cuenta como Uno y anuda a los partenaires de un nudo social.

Lo más apasionante de esta demostración de Lacan consiste, a mi entender, en tomar en cuenta la no permanencia del nudo social dado que si uno de los círculos se libera el “grupo se desanudará”, lo cual prueba que “el nudo es borromeo en tanto que está constituido por tres consistencias mínimas”[19] Para justificar la necesidad de un cuarto término, Lacan añade: “De las tres consistencias nunca se sabe cuál es real. Por eso es necesario que sean cuatro.”[20]

Esto nos indica que todo lazo social hace suplencia a la relación sexual que no se escribe, y en lo que concierne al cartel, cuya función consiste en una elaboración de saber,  ésta gira en torno a este agujero inviolable en el saber. Pero si el Más-Uno tiene la función de provocar la elaboración de saber quizá sea añadiéndose en tanto que cero que cuenta como Uno-en-más, propicio para engendrar una serie de significantes cuya función es cernir el agujero, sin por ello recubrirlo.

Traducción: Itziar Otalora

[1] Lacan J., El Seminario Libro 11 Los cuatro conceptos fundamentales del psicoanálisis, texto establecido por J. –A Miller, Paidós, Buenos Aires, 1987, pág 9

[2] Lacan J., Acto de Fundación, Otros Escritos, Paidós, Buenos Aires, 2012, p.247

[3] Ibid.

[4] Lacan J., Situación del psicoanálisis y formación del psicoanalista en 1956, Escritos, Siglo XXI, México, 1975, p. 182-213.

[5] Lacan J., Proposición del 9 de octubre de 1967 sobre el psicoanalista de la Escuela, Otros Escritos, op. cit., pp. 261-277.

[6] Acto de fundación, op. cit., p.247.

[7] Ibid.

[8] Op. cit., p. 248.

[9] Lacan J., Carta de disolución, Otros Escritos, op. cit., p.317

[10] Lacan., El Seminario del 11 de marzo de 1980, Decolaje o despegue de la Escuela, Escansión Nueva Serie, Manantial, Buenos Aires, 1989, p. 22.

[11] Ibid.

[12] Ibid.

[13] Ibid.

[14] Lacan J., El Seminario Libro 22, RSI, (1974-1975) inédito

[15] Ibid.

[16] Lacan J., El Seminario Libro 20, Aun, texto establecido por J.-A. Miller, Paidós, Buenos Aires, 1981,

  1. 153.

[17] Lacan J., El Seminario Libro 19,…o peor, texto establecido por J.-A Miller, Paidós, Buenos Aires, 2012, p. 132.

[18] Frege, G., Los fundamentos de la Aritmética,  Laia, Barcelona, 1972.

[19] Lacan J., RSI, op. cit., inédito

[20] Ibid.

 
 
Coordinadoras: Felicidad Hernández, Itziar Otalora
 

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