Antonio Múgica | BOL BILBAO | Presentación de El Psicoanálisis 39 (2)

 BOL BILBAO | Presentación de El Psicoanálisis 39

Reseña del artículo, “No todo falo”, de Montserrat Puig

Antonio Múgica

Aunque en el número inaugural de la revista El psicoanálisis no figure mes ni año de publicación, fue en el año 2000, con el nacimiento de la Escuela Lacaniana de Psicoanálisis y tras su Asamblea General, cuando esta revista inició un camino que se ha mantenido durante estos 22 años con 39 números. Desde hace unos años los índices de los números, del 1 al 39, están a disposición pública, en Internet. Pero no solo eso. También desde hace unos años, muchos los artículos pueden ser leídos completamente del mismo modo. Sólo es necesaria la condición de suscriptor. Es decir, no solamente ha sido mantenido un ritmo constante de publicación; también se ha modernizado, extendido.

No voy a hacer una recensión de los trabajos que esta revista ha publicado; tampoco de sus autores -es mucho más seguro apostar con alguien a queva a encontrar un nombre por él conocido. Pero sí mencionaré cómo, poco a poco, ha ido orientándose cada vez más a uno de sus fines fundamentales: que sea un lugar de publicación de los textos y producciones de los miembros de la Escuela. Este número 39 no es una excepción. De hecho, he elegido para la presentación un artículo de un miembro de nuestra Escuela, Montserrat Puig.

La revista ha ido abordando, y siguiendo la orientación de la Escuela, diversos temas; temas relevantes y temas trabajados en jornadas de la escuela. También es lugar de publicación de Informes de los carteles del pase, testimonios de pase, etc.

En esta ocasión, junto a otrosargumentos y textos, la revista inicia sus páginas con cuatro artículos en los que tres miembros de la ELP,y uno de la EOL, escriben sobre el título que ha orientado el reciente Encuentro virtual Internacional de la AMP, “La mujer no existe”.El último de esos artículos, el de Montserrat Puig, titulado “No todo falo”, es, como he dicho, el que elegí para esta presentación. Es un texto que logra hacer fácil y transitable lo que no lo es tanto.

Como su título ya indica, “No todo falo”, Montserrat realiza un ejercicio de síntesis de lectura enorme en un trabajo que hace fácil captar los aspectos y preguntas necesarias para abordar la cuestión del goce femenino, un goce que, como Montserrat nos permite ver, con Freud era obstáculo, y con Lacan, problema estructural.

Para ello opone la identificación y la sexuación, y hay que destacar cómo la autora señala que la sexuación va más allá de la concepción freudiana y que se trata de la dimensión de la asunción del sexo no subsumible por ninguna operación de identificación. En su lecturase hace fácil captar cómo el impasse freudiano del penisneid permite apreciar que algo de la mujer escapa a la identificación a su sexo tal y como se puede distribuir en la relación al único significante, falo, que Freud planteó como referente único para el acceso a la posición sexuada y al goce sexual. Algo de la mujer escapa a la identificación a su sexo en esos términos. Eso es lo que expresa el aforismo “La mujer no existe” y lo que se lee en el “La” tachada de “La mujer”. Como dice la autora, “el tipo ideal de mujer al que identificarse no puede ser ideal para todas”.

Y es que, centrándonos en la solución femenina con Freud, la posición femenina encuentra dificultad para tener un correlato con una identidad sexual. Hay indeterminación de las identificaciones, movilidad. Siempre hay un resto.

La autora va desgranando las soluciones freudianas de la feminidad: Renuncia a la sexualidad que aparta del deseo y del goce;Complejo de masculinidad con la esperanza de que crecerá; Maternidad con sustitución metafórica de la demanda de órgano por la de hijo al padre. Todas ellas posiciones femeninas referidas al falo y la castración. Pero posiciones que no saturan un resto, ya que sigue habiendo la demanda al Otro, una demanda que hace difícil distinguir demanda de amor y voluntad de goce.

Otro punto esencial del trabajo es el señalamiento de que lo problemático de la dialéctica fálica en la sexuación femenina es que el falo, condensador y localizador de goce, “liga el ser al tener”. La mujer trabaja para construir un ser a partir de una nada introducida por la falta. Esta nada es subjetivada en términos de castración. Pero es una salida que sirve parcialmente; frígida, varoncito, o madre, pero no mujer. Por la vía del falo es imposible concluir el ser de una mujer.

Así pues, la sexualidad femenina presenta el límite a la operación fálica; no hay salida por la vía del tener para atrapar el ser, que es lo que se plantea en el problema de la sexuación. Montserrat desgrana los problemas que se aprecian por esta vía.

En el último punto de su artículo, “Manifestaciones del límite”, encontraremos los aspectos abiertos, las interrogantes, y algo que ya anunciaba en el inicio de su escrito. Allí Montserrat plantea que la sexualidad femenina pone de manifiesto la dimensión de lo imposible en la sexuación del ser hablante. Y como destilado de la argumentación anterior, en este último apartado, plantea esos límites freudianos como formas de un sin límite, un infinito para el que el significante fálico resulta insuficiente, insuficiente para entrever el Otro goce, goce en los límites de la operación de castración.

Tomando a Lacan y su conocida cita sobre el goce “envuelto en su propia contigüidad”, nos muestra que es un goce no marcado por una localización, por la discontinuidad del significante fálico; excede a la localización significante.Como señala la autora, esto abre a una clínica no reducible a la dialéctica del deseo; es una clínica de modalidades de hacer con lo imposible, lo real.

El otro punto que a mi entender es fundamental, y que también ha sido expresado en el inicio del artículo, es la lectura de la frase de Freud;“la anatomía es el destino”. Montserrat nos permite leer ahí que de lo que se trata es de la problemática de la obligación de arreglárselas con el cuerpo que ha tocado en suerte. Y allí, también, se interroga a título de qué interviene ese elemento esencial, el cuerpo. Creo que la respuesta que se entrevé, aunque no se explicita; es que se trata del cuerpo porque se goza en el cuerpo, se trata de cuerpo gozante.

Y así, siguiendo a Miller en “La fuga del sentido”, plantea que en la dialéctica del Uno y del Otro hay una repartición entre, goce fálico –modelo de goce sustancia, goce autista-, y goce femenino –goce en profunda relación al Otro en tanto alteridad absoluta. Esto, señala la autora, es para cualquier hablante.

Terminaré esta reseña señalando dos interrogantes que la autora se plantea: Una de gran actualidad. ¿Algunas demandas de tránsito son una nueva modalidad de rechazo de la feminidad en una solución fallida que trata el goce eludiendo su imposible y centrada en la identidad? La otra pregunta es, a mi entender, fundamental para el psicoanálisis y su futuro: ¿Es la clínica del falo lo que desarrolla en un análisis para poder ir más allá?

Texto presentado en la Presentación de la Revista El psicoanálisis, número 39, organizada por la Biblioteca de Orientación Lacaniana (BOL) de la Sede de Bilbao de la Escuela Lacaniana de Psicoanálisis (ELP), EL 07 de abril de 2022

(Publicado en La Gaceta de la Comunidad del País Vasco nº12 – mayo -2022)