Julio González | BOL BILBAO | Presentación de El Psicoanálisis 39

 BOL BILBAO | Presentación de El Psicoanálisis 39

Julio González

“La Mujer tiene domicilio desconocido” da el título al dossier central de este número de la revista El Psicoanálisis, número 39. Es un título tomado a partir del seminario De un Otro al otro, de la sesión del 12 de marzo de 1969 en la que Lacan dice: “…no se sabe qué es la Mujer. Tiene domicilio desconocido –salvo, gracias a Dios, por las representaciones”.

Que la Mujer tenga domicilio desconocido da cuenta de la disimetría significante, que Lacan abordó en su seminario Las Psicosis, disimetría que conlleva que no haya en el inconsciente un significante que simbolice el sexo femenino en cuanto tal, por lo que este adquiere un carácter de ausencia, de vacío. Dismetría significante a la que se anuda la radical heterogeneidad entre el goce femenino y el goce masculino, que Lacan desarrolla en los seminarios de esa época, y que hace a la dificultad del acto sexual.

Asimismo, que la Mujer tenga domicilio desconocido indica la crítica que Lacan hace a la lógica freudiana así como a los desarrollos de los postfreudianos. Así en el seminario La lógica del fantasma, en la sesión del 10 de mayo de 1967, señala como “los forjadillos psicoanalíticos no han hecho nada para que sepamos más sobre el goce femenino” aunque “de la madre hablemos sin parar”. La madre no es el domicilio de la Mujer. Era ineludible separar la heterogeneidad del goce de la mujer del domicilio del falo

Fue necesario que en su seminario Encore Lacan diferenciara lalengua del lenguaje, y pusiera en disyunción el goce del Uno del goce del Otro, para poder elucidar el goce femenino del lado del no-todo, del goce suplementario, mudo, fuera del sentido y del falo, goce Otro en tanto que goce del cuerpo que se goza a sí mismo.

En su curso El ser y el Uno Jacques Alain Miller mostró como Lacan llevo este goce femenino más allá de la diferencia entre hombres y mujeres, para caracterizar con él la alteridad del goce en el parlêtre en tanto que opaco al sentido.

Entonces, no solo el domicilio de la Mujer nos es desconocido sino que ella, la Mujer, no existe. La Mujer no existe, existe el goce del cuerpo que se goza a sí mismo, goce autoerótico y fuera de sentido. No hay relación sexual, por tanto.

En este punto se abre toda una pregunta acerca del amor, en tanto que suple la ausencia de la relación sexual, tal y como Lacan lo desarrollo, y que constituye el otro elemento vertebrador de este número de revista.

(Publicado en La Gaceta de la Comunidad del País Vasco nº12 – mayo -2022)