Inmaculada Erraiz | Coloquio hacia La Gran Conversación | La mujer del cuadro

LA MUJER DEL CUADRO

Inmaculada Erraiz

El sentido de este trabajo es compartir con vosotros las reflexiones y preguntas que me surgen al tratar de relacionar la exposición IKUSPUNTUAK (Puntos de vista) Gorputzak V-VIII que ofrece el Museo de Bellas Artes de Bilbao, con el argumento de la Gran Conversación “La mujer no existe”.

La originalidad de esta muestra es que, mediante el uso de piezas audiovisuales, 16 mujeres no relacionadas necesariamente con el mundo del arte y la creación reflexionan sobre 8 pinturas de la colección del Museo en las que la figura central es la mujer. El Museo al plantear la exposición, tal y como se recoge en la nota de presentación de la muestra, “ pretende fomentar la interpretación libre y subjetiva de la colección que expone”. Es decir, el Museo, en plena sintonía con el momento contemporáneo, pone el foco en lo femenino y hace hablar a 16 mujeres para que estas, una por una, expresen qué es aquello que les atrapa y sugiere del cuadro.

Más allá de la arbitrariedad de las telas elegidas o la elección de las mujeres comentadoras, podemos pensar que la observación de cada una puede venir filtrada por su fantasma particular, bien evocado por la imagen que aparece en el lienzo o bien por el sentimiento de ser miradas por las mujeres del cuadro.

En las reflexiones de las mujeres que intervienen se mezclan opiniones, dudas, juicios, pero también se abren a preguntas. Me parece muy interesante que una de las comentaristas, ante el cuadro “Maternidad” (Ángel Larroque 1895), después de decir que en la mujer tumbada sosteniendo un bebé ve un objeto sumiso, se pregunta ¿Para qué sirve una mujer? Christiane Alberti nos recuerda en el texto de presentación de la Gran Conversación que “En los tiempos del estructuralismo, Lévi Strauss teorizaba que las mujeres son consideradas como objetos de intercambio entre los linajes fundamentalmente androcéntricos. Lacan se aleja de esta concepción. No dejó de señalar que hay en ello un “inaceptable” en la posición de la mujer, que se debe a su “posición de objeto”cuando, por otro lado, está completamente sometida al orden simbólico al igual que el hombre. Lacan ve en ello “el carácter […] conflictivo, […] sin salida, de su posición – el orden simbólico la somete literalmente, la transciende”.En ese régimen de “todos los hombres”que no duda en calificar de prudhomiano, el intento de asignarle un lugar (esposa, madre, hija…) está condenado al fracaso y no dejará nunca de suscitar la rebelión. Una parte de lo femenino no consigue encontrar su lugar en el mundo, es completamente insituable, y esto ¡no se remonta a ayer”

Me llama la atención que, ante el bello retrato de la condesa Mathieu de Noailles (Ignacio Zuluaga 1913) una de las comentaristas destaque de ella que “representa lo inalcanzable, que es fuerte y poderosa como una amazona hecha para galopar fuera del cuadro, que su imagen está construida para ser admirada, no poseída; deseada pero no necesariamente querida “ . También resalta “su piel tan blanca”.

Ante estos comentarios resulta inevitable recordar la pregunta central de Dora sobre qué es una mujer. Tanto el éxtasis de Dora frente a la Madonna como la fascinación por la piel blanca de la Sra. K son manifestaciones de la Otra mujer que encarna el misterio sobre la feminidad.

Sin embargo, nos recuerda Maria Hélène Brousse en el trabajo “Tras las pistas de la histérica moderna” que “para poder llamar a un elemento la Otra mujer, es preciso que esta tenga la función de la privación, si no la tiene, no es la Otra mujer”. Es eventualmente una rival en el sentido a-a`”

3.—Me sorprende que en bastantes de los comentarios sobre las obras, se destaque la tristeza, el dolor o ambos sentimientos unidos, dibujando una serie de mujeres sufrientes. Parece indiscutible que del cuadro de Solana “Mujeres de la vida” se destaque la dureza de los rostros y la falta de alegría. También es evidente que los rostros de las mujeres de “Festín burlesco” reflejan la tristeza y la pobreza. Los tres paneles que componen “Las 3 gracias” de Antonio Saura en el que los cuerpos de las mujeres están desfigurados, perturba. Sin embargo, me choca que de un cuadro que a mí me resulta inquietante “La Hispanista” uno de los comentarios sea: “Es una mujer de hoy, y nuestra mirada descansa porque vemos algo parecido a ser libre”. Me sorprende que del cuadro “El rapto de Europa” la comentarista diga que, “aunque representa la belleza de su tiempo, ella ve una mujer triste, no bella”. De “Mujer desnuda leyendo” ,me llama la atención que la comentarista diga que ella “fija su mira en lo que no se ve, en el sentimiento de una mujer que posa quieta y sumisa y que al levantarse mira su imagen por primera vez”.

Pienso que la diversidad de las opiniones viene a dar cuenta que no hay “esencia” que defina a la mujer.El enigma que representa lo femenino para las mujeres que una a una hablan, está presente en todos los testimonios.