Seminario de lectura CTLA.
Hacia un significante nuevo

Miller comienza este texto con una potente propuesta de trabajo. “Si en el psicoanálisis degradamos la verdad, ¿qué debemos poner en su lugar?”. Tanto al comienzo como al final de los Escritos hay, señala Miller, una “exaltación a la verdad”.

Del texto “Variantes de la cura tipo, Lacan plantea, como nos trae Miller que “el análisis ‘progresa esencialmente en el no-saber, esto es, en el movimiento dialéctico de la verdad”. Más adelante de la “Nota a los Italianos”, de 1973 : el que “ La palabra horror está unida a saber… El horror se desplaza de la verdad al saber.” “Este detalle, dice, nos señala un viraje” de la primera a la segunda fase de la Enseñanza de Lacan.

Es el índice, continúa, de lo que Freud llamó castración y que Lacan designó como verdad”.

En la relación, elección plantea Miller, entre verdad y saber ¿de qué se defiende el sujeto?…¿De lo real como impasse del saber?

El texto de Lacan la “Proposición del 9 de octubre de 1967 sobre el psicoanálisis de la Escuela” donde presentó el pase a sus alumnos es el momento “inaugural de la segunda etapa de su enseñanza”. El pase pues, el gozne del viraje en su enseñanza que nombra Miller y que sitúa en su centro dos modos de trato con la verdad.

La teoría misma del pase se desprende de esta línea de fractura entre la primera y la segunda fase.”

En la primera etapa es ésa cuyo horror se trata de superar. “Al mismo tiempo, presenta la ambición del psicoanálisis de un saber sobre la verdad. Ambición que ordena toda la segunda fase de su enseñanza”.

Para introducirnos en un mar de paradojas que JAM nos acerca desde los textos lacanianos. Por un lado Lacan ubicando el psicoanálisis en relación a la ciencia para “extraer la verdad que le corresponde”. Es decir, el psicoanálisis en su vertiente epistemología. Mientras, en Radiofonía, Miller nos trae su aseveración; “la verdad no existe ”. Es en “La ciencia y la Verdad” donde nos recuerda que no existe el singular de la verdad. “La verdad está borrada”.

Por otro lado “el inconsciente es la verdad que supuestamente actúa”…” y llega a identificar este ‘No querer saber nada de eso’ como una forclusión” dice Miller.

“Plantea, pues, el problema de las afinidades entre la ciencia y la psicosis”. De lo que también evidencia nuestra clínica y la historia de la cultura.

Toda la primera parte de su enseñanza es una crítica a la ciencia en cuanto que se desvincula de la verdad del sujeto, lo que favorece ciertas adherencias a la fenomenología.

En la segunda fase, este viraje que marca el paso, dice Miller “del inconsciente como verdad, al inconsciente como saber, es contemporáneo de la valorización del matema….que depende justamente de la forma lógica del saber científico; es pues como una adopción para el psicoanálisis de esta forma lógica del saber”. “No hay relación sexual” es el matema de la castración que señala precisamente el vínculo con la ciencia en cuanto a su relación con lo real. Por el lado de lo imposible. Lo imposible de escribir.

Avanzaremos entonces en este contexto” dice Miller. Y señala los asuntos que ha ido trayendo aquí: “el inconsciente como saber, la ciencia a la que el psicoanálisis tendría que equipararse, la fórmula ‘no hay relación sexual’, el privilegio de lo escrito respecto de la palabra y finalmente la invención de un amor más digno, que sería propiamente el campo donde el psicoanálisis tendría que demostrar que se iguala a la ciencia en la determinación de lo real”.

“¿Cómo insiste en el pase el tema de la infinitud?”

En esta cuestión nos trae el hallazgo de Cantor: el transfinito. Un número infinito no común, no adherible a la serie de los números naturales para lo que no puede sino estar al exterior del conjunto de ellos. No coincide con ellos en tener una magnitud que lo hiciera acotable.

Aquí, en la exterioridad coloca lo no-sabido. Exterioridad cuyo efecto es construir el marco de los que están en el conjunto. Encuadrar el marco de la cadena de números o de significantes. Por la opresión de este marco, señala Miller, y la exterioridad de lo no-sabido, en este lugar se tiene la posibilidad de inventar. “ Inventar un significante nuevo; un número insensible a toda adicción o sustracción de algún número finito”. El Aleph cero. Equivalente en estas particularidades al objeto a también inasimilable.

Lo que a Miller le interesa y así lo dice es “la aplicación al ámbito del psicoanálisis” en el sentido de la ubicación de lo no-sabido al final del análisis.

Por un lado…cómo la ubicación de lo no-sabido en el exterior hace a la constitución del marco (del fantasma) y a su vez se “obtiene la posibilidad de un saber nuevo”.

Lacan formula : el campo de la realidad solo se sostiene por la extracción del objeto a, en cuanto distinto de cualquier significante (e inasimilable a cualquiera), que sin embargo le da su marco”. He aquí la cierta equivalencia entre el Aleph cero y el objeto a.

Una doble sustracción

Bajo este título Miller trata “La Proposión” de Lacan de alguna manera traduce esto, llama extracción del objeto a a la desinvestidura libidinal de la realidad dado que concentra la investidura. Pero se deben distinguir en ello dos sustracciones de la libido. Una traducción de goce en significante. Hace a una equivalencia entre saber y goce. “Hace, dice Lacan , contable el goce”, Pero queda un excedente: el plus de gozar”. La parte del goce no intercambiable por saber. Sería la que operaría con la exteriorización “respecto del campo de la realidad de ese elemento a”.

Lo Operativo” sería el deseo en tanto metonimia de la falta-en -ser. Solidario de lo que no existe.”

Es un asunto, dice Miller, de deseo en el sentido de querer-ser”. Y es que el deseo no concierne al ser ni al no-ser, sino exactamente al querer-ser. Como Cantor.

Se plantea incluso si el deseo del analista será también de un orden transfinito”

Aleph cero puede hacer una equivalencia a P cero. Y ello en relación a la creación de un nuevo significante. Y el deseo del analista al modo querer-ser . Algo que podía muy bien estar en la operatividad de Cantor.

El último párrafo está titulado: El pase, una transfinitización del decir.

Nada se opone, dice Miller, a que se considere al pase como ese momento de transfinitización que desplaza al sujeto a un punto donde atrapa la ley de la serie”.

Se trata de acceder al Aleph cero de cada uno aun cuando hay un Aleph cero para todos, que Lacan formuló como “No hay relación sexual”.

Si un sujeto logra sobrepasar los límites del fantasma, debería tener la posibilidad deproceder a la invención de un significante nuevo en su existencia” (Un neologismo). Esperando no volverse loco.

El transfinito “ no es nada más que saber” según Lacan.

Miller plantea la cuestión “¿Acaso el objeto a es también un ‘nada -más que saber?’ ”.

Y concluye: “El objeto a no es nada más que saber, aunque no es posible sostener que el goce solo sea saber”. “Por lo tanto, llegar a inscribir en el lugar del objeto a el significante nuevo que le responda, es algo que queda a verificar en cada caso”.

Pía Nebreda, secretaria de la sede de Bilbao. Miembro de la ELP.