Seminario de lectura CTLA.
Reseña de la sesión del 3 de mayo 2023
Roger Litten abrió la reunión introduciendo el pase como perturbación y descompletamiento de la Escuela dirigida contra su automatom, con el objetivo de mantenernos despiertos y continuar preguntándonos qué es un psicoanalista y qué es la Escuela. Cuestiones éstas, abordadas por cada AE, que no son sólo institucionales sino que conciernen a cada miembro en la medida en que configuran tanto el fin del análisis como el pasaje de analizante a analista. Destacó la trascendencia de subjetivar el pase en el camino de reinvención del psicoanálisis, en el que el AE requiere de una comunidad de transmisión.
Pía Nebreda presentó el texto “Hacia un significante nuevo”. Miller describe el viraje de Lacan entre su primera y segunda enseñanza como el desplazamiento del inconsciente como verdad al inconsciente como saber, viraje en cuya línea de fractura sitúa la “Proposición…”, es decir, el pase. Mientras, en la primera, Lacan define la ciencia como el discurso que no quiere saber nada de la verdad, en la segunda se trata de que el psicoanálisis pueda emular a la ciencia. Así, convierte la invención de un nuevo amor desde el psicoanálisis en el equivalente de una invención científica en cuanto determina lo real de una manera nueva. Para hacer entender este amor infinito se detiene en la operación que permite a Cantor inventar los números transfinitos al situar lo no sabido como marco del saber. Miller homologa este campo del saber con el campo de la realidad, que sólo se sostiene por la extracción del objeto a que, sin embargo, le da su marco, en la medida en que la constitución de la realidad tiene por condición la desinvestidura libidinal. Distingue las dos sustracciones necesarias de libido. La primera sustracción es la producida por la operación del lenguaje, la traducción del goce en términos significantes. La segunda es la extracción del objeto “a”, que constituye el marco del saber del que es capaz del sujeto, marco que nombramos “fantasma”. De ahí que el atravesamiento del fantasma, que supone percibir el marco como marco, atrapando la ley que constituye la existencia del sujeto, permita la invención de un amor más allá de la ley, y abra la posibilidad de la invención de un significante nuevo para su existencia.
Luis Alba presentó un resumen de los nueve textos que componen el apartado II, que tienen como fundamento el combate por el pase, es decir, el combate por el esclarecimiento del final de análisis, y el modo de inscripción del analista en el Otro. Dos precisiones de Miller: el AE no es analista de su propia experiencia sino analista de la experiencia de la Escuela, y no hay reducción a cero de la transferencia. En ambos casos, la paradoja del pase: el estatuto del Otro del pase. Ocupado por la ciencia a la luz de estos textos, hay que considerar la Escuela en este lugar de la ciencia. Escuela que debe asumir la función de interlocutor de los AEs para que lo que se transmita se precie de un control científico. La resolución del análisis y el deseo de analista son definidos en términos de deseo de saber, que produce un nuevo sujeto que sostiene la transferencia al trabajo en la Escuela. Sujeto que se inscribe a través de la invención de un significante nuevo, que es también una invención científica del amor.
La sesión se cerró con un animado debate en torno a diferentes cuestiones, con el eje central de ese “significante nuevo”.
Luis Fermín Orueta, miembro de la ELP en la Sede de Bilbao.