Seminario de lectura sobre Cómo terminan los análisis, de Jacques-Alain Miller. El Pase a la Entrada
Cuestiones de la Escuela. Se trata de un texto, que es un extracto de un discurso pronunciado por Jacques Allain Miller el 17 de noviembre de 1990 en Madrid.
Las dos lógicas del todo:
Jacques Allain Miller nos recuerda que para Lacan no se podía formular una proposición universal sin incluir un existencial negativo. Un elemento que esté fuera del conjunto del todo a modo de negación. Sería la lógica del todo y la excepción. Lo que está fuera en exclusión determina el conjunto. La excepción, el negativo reglamenta el conjunto.
En el cartel hay un conjunto y un elemento exterior en posición de más uno. También se opone a la lógica del todo. Habría una contradicción entre el uno por uno y el todos.
Miller nos dice que el uno por uno es necesario cuando el todo no funciona. ¿Cuándo no funciona el todo? Cuando hay infinito.
Georg Cantor fue un matemático que vivió entre 1845 y 1918, desarrolló múltiples teorizaciones sobre el infinito, la hipótesis del continuo y los números trasfinitos. Es decir, se dedicó a cernir el todo. En esta proeza con lo que se encontró fue con una transfinitización infernal de dichos números, que no acababa nunca. Era imposible cernir el todo de todos. Parece que en esa falta de punto de capitonado, sufrió su crisis maniaco depresiva.
Entonces dos lógicas: la lógica del todo y el más uno o menos uno, que entiendo que entra en la lógica del todo y la excepción. Y la otra lógica: la lógica del no todo. Un conjunto que no acaba de estar cerrado.
La Escuela Paradojal o no hay ser del analista:
La Escuela funciona con la lógica del no-todo porque no existe un “ser” que defina lo que es un analista. Cada analista muestra algo negro. Quizá los más honestos son los que se muestran negros. Este punto me parece capital, porque existía en mí una idea equivocada, en la que me tenía que ceñir a un ideal de lo que es “psicoanalista”. Un ideal de calma, equilibrio y pureza, ecuanimidad. De esta manera el significante psicoanalista vendría a nombrar esto, “usted ha alcanzado el nivel de equilibrio que se esperaba”. Un nombramiento, es uno de los nuestros. Es muy interesante que esto se pueda desbridar en el análisis propio, que pueda caer incluso la denominación de psicoanalista que uno pudiera usar de tapón. ¿De tapón de qué? De tapón de esa negrura, punto de opacidad que nos acompaña a cada uno. Es decir, tapón de la marca del Uno que no es amigo de nadie, de lo pulsional. Entonces es interesante esta deriva que nos muestra Miller de que no hay ser del analista que lo defina. Si no podríamos decir que la Escuela se pudiera componer de estos Unos que existen. De la ontología a la existencia.
Lo dice Miller: “uno por uno quiere decir que no funcionamos bajo ninguna envoltura de ninguna esencia de lo que es un analista”.
Entonces el uno por uno funciona según la lógica del no todo segregativo.
El pase y el cartel son dos pilares de la Escuela. El cartel pertenece a la lógica el todo con la condición del más uno. El pase a la lógica del no-todo. Repite la necesidad del Uno por Uno cuando existe el infinito.
La entrada en la Escuela:
Lacan presenta dos fórmulas para la Entrada en la Escuela.
La primera, la del acta de fundación de 1964: “No necesito una lista numerosa, sino trabajadores decididos, como ya de antemano sé que los hay.” El trabajador decidido, que casi se convirtió en un personaje burlesco. Es chistoso si habría que verificar esto en la entrada y una vez dentro.
La segunda, la de 1974. La nota Italiana: “El grupo italiano, si quiere oírme, se atendrá a nombrar a aquellos que postularán allí su entrada según el principio del pase, corriendo el riesgo de que no los haya.” Entonces aquí se propone que se haya analizado para entrar en la Escuela.
Miller se pregunta, para la década de los 90, cual es el criterio que debe mantenerse.
Los dos tipos de entrada reflejan los dos tipos de selección: El AME, seleccionado por su trabajo y el AE por su análisis. Es una pregunta que se hace, si hoy en día se pudiera dar la libertad que cada uno haga su pedido de entrada bien por su trabajo o por su análisis. Se ríe sobre la propuesta de 1974: “Todo miembro de la Escuela está analizado” y no hay nadie dentro del conjunto. Sería la coletilla final del enunciado de Lacan: “corriendo el riesgo de que no los haya”.
Miller propone dejar a la elección de los candidatos su manera de entrada.
Lacan sí que pide que se haya entrado en análisis para la entrada, para los no analistas la vía del trabajo. Y este punto final también me parece muy interesante. Que haya una propuesta o una apertura a la entrada de no analistas, es decir no practicantes como miembros. Porque Lacan situaba al no analista en el centro de la Escuela, al no practicante entiendo.
Kepa Torrealdai, socio de la Sede de Bilbao de la ELP.