Seminario de lectura sobre Cómo terminan los análisis, de Jacques-Alain Miller. ¿Cómo alojar la transferencia al final?

Comentario sobre “Una observación acerca del atravesamiento de la transferencia”

Coincido con M. Bassols en que éste capítulo, Una observación acerca del atravesamiento de la transferencia “daría para un seminario”. Me apoyaré en su texto, “Resolución de la transferencia y pase”, del que disponen en el Blog del pase de la ELP1, para el desarrollo de éste trabajo que ahora les presento. Es un texto que me ha difundido Rogger Litten, se lo agradezco.

Es en 1990 que Miller realiza ésta intervención en unas Jornadas de la ECF tituladas: “El concepto de Escuela, la experiencia del pase y la transmisión del psicoanálisis”. “También es el año de la creación de la EEP con sus grupos en el estado español. En 1992 se creará la AMP, momento también de relanzamiento del pase en la ECF”2. Hace más de 30 años de aquellas Jornadas, de éste capítulo que les presento, pero que me parece sin embargo de gran actualidad. “Algo está out of joint” entre la Escuela y el pase, “ha llegado el momento de interpretar la Escuela en su relación con el pase”3, como dice Miller. Bassols pregunta si ¿También para la ELP?

Este capítulo es una “intervención bisagra4, en 1990, entre la disolución de la EFP 1980 y la creación de la ELP 2000. Hay un real que insiste especialmente para la ELP, como dice Bassols ¿hemos estado a la altura? “Ello depende de cómo entendamos la resolución de la transferencia”. Luego añade “A falta de resolución de la transferencia, ésta se continúa en el pase, lo cual no es de buen augurio. Se trataría para el AE de la razón expuesta de su relación con la causa analítica y con la experiencia de la Escuela de la que se hace representante5. La equivocación “devenir analista de su propia experiencia[…] sigue siendo[…] el tuétano del impasse actual6 según Bassols. Se trataría de que el AE se haga analista de la experiencia de la Escuela, no de la propia, continuando su análisis en el pase.

Esta equivocación posible al leer “devenir analista de su propia experiencia” me hace pensar en otra, la de de “autorizarse a sí mismo”, que también podría leerse mal, como un empuje a la práctica analítica por fuera de la Escuela. Esto de autorizarse a sí mismo, tiene muchos matices. Si leemos atentamente la “Nota Italiana”, Lacan propone que el grupo italiano “sobre lo que ha de velar, es que al autorizarse por sí mismo no haya sino analista”. “Autorizarse no es auto-ri(tuali)zarse”. “O solo el analista, o sea no cualquiera, no se autoriza más que por sí mismo7.

Propongo retener estos dos dichos “devenir analista de su propia experiencia” y “autorizarse de sí mismo”, articulándolos con la lectura del texto, a fin de que no devengan canturreos lacanoides que repitamos de forma estéril. Verán cómo sin la Escuela, ambas tesis pierden fuerza, desorientan. Estoy con Bassols, cuando pone la clave del texto en “la resolución de transferencia”.

Miller dice “El atravesamiento del fantasma es al mismo tiempo resolución de la transferencia8. Resolución no es atravesamiento. El fantasma se atraviesa, la transferencia no. Hay un por fuera del fantasma “pasar a través de dicha ventana, defenestrarse hacia el interior de sí mismo y encontrarse de este modo en el exterior de sí, es decir, por fuera de lo que ocupaba para él el lugar lógico de lo real, su fantasma como imposible, su fantasma como impasse, como principio de los impasses del inconsciente del que es sujeto9.

No hay grado cero de la transferencia10. “El pase supone una demanda al Otro de la Escuela “. “Es necesario que el pase esté ataviado con un ideal, reconocido en su de ser, un ideal de baratija11. Me pregunto ¿quién se encargaría de ataviarlo?¿Es solo esfuerzo del pasante? ¿Esto no conduciría más bien a la infatuación y a la starificación? ¿No es acaso necesario que la Escuela, es decir, sus miembros, los pasadores, el jurado del Cartel, pero también el auditorio que escucha los testimonios (no solo miembros, también socios, participantes, escuchantes varios del testimonio), estén a la altura de éste atavío?

Miller pide al pasante “actúelo para nosotros cuando se levante el telón”, “con lo peor (du pire) producir risa (du rire) y no padre (du pere)12. Sabemos que el pase no fue siempre una experiencia pública, que los primeros lo hacían de forma discreta, que fue una innovación de Miller la exposición en público13.

Que el pase tiene “estructura de chiste14 y el Otro del pase es un Otro espectador, el Otro negociador exigente que quiere, por su tiempo y por su dinero, que le paguen en efectivo, en saber constante y sonante15.

Me pregunto ¿Qué función tiene el público? El pase no es una experiencia sin Otro. Siguiendo lo que explica en éste capítulo Miller vemos cómo es preciso que sean los que lo juzgan, los que sostengan la transferencia de Saber, sino la demanda es falsa. Ahora bien, no se trata con bastarse con la suposición del saber de transferencia a éste Otro del pase, “si se contenta con decir amén despídanlo16, sino de dirigir la transferencia al propio trabajo “aquel que espera de su propio trabajo el esclarecimiento que piensa que le está faltando a él y a los otros17.

Por otro lado Miller plantea que “si queremos luces busquemos a los entusiastas, eso no quiere decir apagar las de los otros y desuponer el saber a los que enseñan18. Me parece que en éste momento de crisis, iniciada en la ECF con el cuestionamiento del pase de algunos AE, es interesante esta cuestión de no apagarlos. ¿Cómo no apagar el entusiasmo de los AE sin iluminarlos tanto que devengan estrellas? ¿Cómo sostener un ideal de baratija, un poco de luz en el AE, no el brillo fálico de deslumbre tanto que impida ver nada?

La transferencia como el lenguaje mismo, “no tiene exterior19. “Los que se abstienen a trabajar el progreso de la disciplina20, dedicándose solo al acto, son los que le suponen tanto saber a Freud y Lacan que están eximidos de lo demás. De otro lado estarían “los siervos de la transferencia de trabajo21aún analizantes, que no han terminado con la transferencia que resulta de la primariedad significante.

Voy a detenerme en algo que me ha parecido interesante. Está el exterior al fantasma, no así el exterior a la transferencia. Esto de lo exterior, me parece, que ha sido de alguna forma trabajado por Miller en los capítulos previos del libro, recogidos de dos intervenciones, también del año 1990 del curso de orientación lacaniana El banquete de los analistas. En el capítulo “Hacia un significante nuevo”, Miller comparaba el número transfinito de Cantor con el objeto a, objeto inventado por Lacan, destacando “la solidaridad entre esta exteriorización y la constitución del marco, y de qué modo lo no sabido es el marco del saber22. Ubica el pase como “momento de transfinitización23, donde cada cual podrá inventar un significante nuevo y ”ganarle terreno a lo real con el saber24. En el capítulo “El pase del psicoanálisis y el deseo de saber” se va a ocupar de la exterioridad de nuevo, del doble desecho de la ciencia y del humanismo del que resulta el analista. Dirá que ”el analista está establecido en lo que el saber constituido deja fuera de él25.

Creo que es importante tenerlo en cuenta, pues hay algo en la transferencia, en éste real que insiste también en la ELP, como dice Bassols, que depende de cómo entandamos la resolución de la transferencia. Transferencia que como vemos, escapa a la logificación y exteriorización posible, que no se aisla en un exterior, como hemos visto en los capítulos previos. Los restos transferenciales, ¿qué hacer con ellos?

Me parece que si bien del pase hay una dimensión más logificable, que se aisla, el objeto a, el atravesamiento del fantasma, el plus de goce sobre el que se inventaría un significante para ganar terreno a lo real, está esta otra, sin exterior, transferencial. Me pregunto ¿Inventar por parte del AE un nuevo significante y mutar subjetivamente, implicaría necesariamente una transferencia con la Escuela? ¿Basta con dar testimonio del significante nuevo? ¿Cómo se articula dicho significante con la producción de un saber fecundo para el avance del psicoanálisis?

En la nueva recopilación de Graciela Brodsky, que forma un libro titulado El nacimiento del campo freudiano, en un texto titulado “Observación sobre el deseo de saber”, en las 7 Jornadas del Campo Freudiano en España (y seguimos en el año 1990), Miller plantea: “Se puede advertir, entonces, que los analistas, a pesar de tener ese deseo de saber, no son espontáneamente trabajadores; los analistas, en la experiencia analítica, no son productores. Los analistas son más bien productos… de lujo. De tal manera que en relación con el discurso analítico la Escuela supone cierta compensación: la escuela acoge a los analistas como trabajadores26.

En una entrevista, también de ese año dirá: que la experiencia analítica entraña un “beneficio cínico27, el cual no es suficiente para autentificar la producción de un analista al final. No se trataría de producir desengañados, que yerran. En ésta entrevista Miller apunta que “La causa del horror al saber es propia de cada uno, pero se pregunta si la del deseo de saber también o si puede ponerse en denominador común. La causa analítica es el deseo del analista, deseo que no es el propio de tal sujeto que practica el análisis sino el deseo de alguna manera ligado al dispositivo analítico; que ese deseo tiene una causa que es, también, de estructura, que merece llamarse causa analítica; que los analistas, y no solo ellos, son susceptibles de trabajar en función de esta causa, lo que define su pertenencia a una Escuela28.

Me parece que vuelve de diversos modos esta dimensión no extraíble en los restos de la transferencia, también en estos textos contemporáneos al que estoy presentando, cuando distingue al analista de Diógenes, “miserable en su tonel fuera del vínculo social”, o cuando dice “deseo ligado al dispositivo analítico” para ubicar el deseo del analista.

Hay algo de la transferencia que no cae, como los semblantes, algo no se atraviesa, permanece. Miller dice en esa entrevista que “a los psicoanalistas les cuesta mucho situarse en relación con el psicoanálisis. Defenderlo, expandirlo por el mundo ¿es hacer de él un ideal, mientras que un psicoanálisis debería desembocar en un crepúsculo de los ídolos, una liquidación de la transferencia, una caída de las identificaciones?29

Terminaré con el significante resolución, según la RAE, se trata de 1)Acción y efecto de resolver o resolverse. 2) Ánimo, valor o arresto. 3) Actividad, prontitud, viveza. 4) Cosa que se decide.

Aquí tenemos algo, la cosa que se decide, los trabajadores decididos, podemos pensar los trabajadores que resuelven la transferencia, precisamente por su decisión de trabajar por el ideal de la causa analítica, continuando allí su transferencia, que no se elimina, que hace motor y no obstáculo, si es decidida a trabajar en torno al deseo del analista, al deseo de saber.

Para terminar me parece interesante comentar algo sobre el pasador. Me parece que en esa figura vemos que el pasante no ha eliminado su transferencia. Alice Delarue indica extrayendo de un texto inédito de Lacan “note sur le choix des passeurs”, que lo que es determinante en el alojamiento del testimonio del pase que el pasador va a hacer, es la relación que él mismo mantiene con su propia posición de desecho, con el deseo de saber y con la causa analítica, una vez ha percibido la naturaleza de semblante de la verdad. Esto implica que no sea un funcionario del discurso analítico…que pueda dejarse sorprender… hacer preguntas”30 Creo que sería importante detenernos a trabajar sobre lo que implica esa figura, el pasador, alguien entre deprimido por la caída del sujeto supuesto saber y entusiasmado. Propongo que el pasador mismo es una figura clave que encarna en acto la transferencia de trabajo, el pasador que precisamente transfiere el trabajo del testimonio del pasante al jurado. El pase no es el pasante, es un colectivo como dice Bassols, y sin éste que aloja la transferencia, el pasador, no habría pase pues quedaría la cosa en un monólogo del que terminó su análisis.

Me pregunto si el pasador, el jurado del pase, el dispositivo, el cartel del pase, las crisis, los debates, esta misma reunión que hoy mantenemos, no son manifestaciones de esta trasferencia sin exterior, que continúa y nos mantiene al trabajo. ¿Vamos a dejarnos atravesar por el pase, a trabajar decididamente en transferir lo que pasa en el pase, o nos hemos aburrido ya lo suficiente como para no contagiarnos del entusiasmo del Witz que el pase es en estructura?

Recientemente nuestra colega AE Felicidad Hernández hacía referencia al imperativo “¡Interpretar la Escuela¡, como si de dicha interpretación dependiera el futuro de la ELP, y de la falta de ella su desastre,- me cayó como un mandato que venía a irrumpir e interrumpir el trabajo de elaboración en que estaba inmersa31.

Luego, refiriéndose al fin de análisis, dirá que “es dirigirse a Otro al que se le otorga la autoridad de responder, a la vez que se sabe que le falta un significante último32.

Vemos que nos habla de una interrupción del trabajo y de una reactivación de éste después. Me pregunto, y le pregunto, en esta transferencia de trabajo, en qué medida compete también a la Escuela, con sus miembros, socios, etc, alojar y transferir también éste trabajo, favorecer una conversación con la AE. ¿Está la ELP entusiasta con los testimonios, transfiere cada miembro éste trabajo? Creo que de cómo se resuelva ésta transferencia, de cómo trabajemos los interesados en ésta crisis del pase las enseñanzas de los AE, será fundamental. Si la enseñanza de Freud, Lacan, Miller, persiste, es porque ha habido trabajadores decididos a transferir sus enseñanzas. Las enseñanzas de los Aes, producirán el entusiasmo necesario en los miembros para que sigan siendo transmitidas ¿En qué medida el dispositivo del cártel, puede reanimar el deseo de los miembros en torno a nuevas enseñanzas en psicoanálisis? ¿En qué medida si éste dispositivo prevalece, no lo es también por esta transferencia sin exterior, éste lenguaje sin exterior?

Miller en otro texto33 planteará Hacer que cada uno entre con un rasgo propio, puesto en valor como tal. Es la condición para tener un trabajo que produzca saber.

¿Cómo alojar la transferencia de trabajo, la enseñanza del AE? ¿Solo esperamos pasivos la recepción de la enseñanza o trabajaremos las enseñanzas de los AE en el plano epistémico y en su difusión?

Mikel Arranz, socio de la Sede de Bilbao de la ELP.

 

Notas:

  1. Bassols, Miquel. “Resolución de la transferencia y pase”. El Blog del Pase,nº 24. 2022.

  2. Ibid., p. 3.

  3. Ibid., p. 4.

  4. Ibid., p. 5.

  5. Ibid., p. 5.

  6. Ibid., p. 4.

  7. Lacan, Jacques. “Nota Italiana”.

  8. Miller, Jacques Alain. Cómo terminan los análisis. Paradojas del Pase. Grama ediciones, 2022, p. 144.

  9. Ibid., p. 143.

  10. Ibid., p. 144.

  11. Ibid., p. 145.

  12. Ibid., p. 144.

  13. Ibid., p. 12.

  14. Ibid., p. 145.

  15. Ibid., p. 146.

  16. Ibid., p.146.

  17. Ibid., p. 146.

  18. Ibid., p. 146.

  19. Ibid., p. 147.

  20. Ibid., p. 147.

  21. Ibid., p. 147.

  22. Ibid., p. 111.

  23. Ibid., p. 114.

  24. Ibid., p. 115.

  25. Ibid., p. 132.

  26. Miller, Jacques Alain. El nacimiento del Campo Freudiano. Paidós, Buenos Aires, 2023, p. 111.

  27. Ibid., p. 127.

  28. Ibid., p. 128.

  29. Ibid., p. 125.

  30. Delarue, Alice. El pasador, la enunciación y el deseo de saber. Comp. Miller, Jacques Alain y Laze, Alejandra. La práctica del pase en las Escuelas del Campo Freudiano. Grama ediciones, Buenos Aires, 2022, p. 144.

  31. Hernández, Felicidad. “Interpretada por la Escuela”. El Psicoanálisis nº 41, Barcelona, p. 91.

  32. Ibid., p. 92.

  33. Miller, Jacques Alain. “Cinco variaciones sobre el tema de ‘La elaboración provocada”, El cartel en el campo freudiano, Cuadernos de psiconálisis. Eolia, Buenos Aires, 1991.