El inicio del tratamiento en Lacan

Agradezco la invitación a trabajar el tema “Iniciar un análisis” en este Cursus 2004 de la Biblioteca de Orientación Lacaniana de Bilbao. Más en concreto, en el programa vemos que se trata hoy de “El inicio del tratamiento en Lacan”.

Análisis y tratamiento

Se me planteó como referencia privilegiada la de la “Proposición del 9 de octubre de 1967 sobre el psicoanalista de la Escuela” para un trabajo sobre el inicio del análisis.

El título de la reunión de hoy incluye un término, tratamiento, “El inicio del tratamiento en Lacan”, que incluye complejidades interesantes a la referencia de la “Proposición...” donde encontramos solamente el término “análisis”, no el de “tratamiento”. En la “Proposición…” se trata del inicio del análisis.

Es que es interesante plantearse la cuestión de que un inicio de análisis no es lo mismo que un inicio de tratamiento, al menos, la diferencia de términos permite algunas cuestiones. Y ceñiré a lo que se puede considerar con la “Proposición”, ya que estas cuestiones pueden tener un planteamiento diferente si tomamos la última enseñanza de Lacan.

Bajo la perspectiva del texto del 67 este, la diferencia entre tratamiento y análisis, es un punto que puede ser considerado de varios modos. Por un lado, podemos plantearnos en qué consiste esa diferencia y sus consecuencias. También podemos plantearnos si un análisis, como tal, sería algo así como la operación máxima posible a partir de la práctica de un psicoanalista. Incluso, plantearnos si la última enseñanza de Lacan modifica la diferencia entre ambos términos. También, podemos considerar si hay un análisis que se inicia, en el caso, por ejemplo, de la psicosis. Dejo las preguntas planteadas.

Final e inicio

Entonces, me he centrado para este trabajo en la “Proposición…” como referencia, pero he necesitado varias vueltas por otros textos para poder situar mínimamente algunas cuestiones de un texto tan complejo y difícil sin las referencias precisas.

No espero agotar todas las aristas que se plantean. Sólo trataré de centrar y hacer notar algunos puntos.

De entrada, hay que hacer notar la aparente paradoja de que un texto sobre una proposición que tiene que ver con el dispositivo de certificación del fin de análisis sea propuesto para el trabajo del inicio del análisis.

Se puede señalar eso que Lacan dice en la “Proposición…”: “Nuestros puntos de empalme, donde deben funcionar nuestros órganos de garantía, son conocidos: son el inicio y el final del psicoanálisis al igual que en el ajedrez. Por suerte, son los más ejemplares por su estructura.

En ocasiones se puede encontrar la referencia a que en ajedrez los inicios y finales son los que pueden ser estructurados en la teoría de aperturas y de finales de ajedrez, porque el medio juego es algo con tal extensión y variabilidad que sólo permite trabajar temas concretos y aislados como el bloqueo de las piezas, el valor relativo de piezas diferentes como el alfil o el caballo, que son de valor de movimiento relativamente equivalentes, etc. Sólo las aperturas y finales permiten textos estructurados.

Pero con Lacan eso, que es correcto, no es lo único que podemos apreciar, porque dice, “son los más ejemplares por su estructura”. Así pues, hay que tomar en cuenta que el inicio de análisis está totalmente imbricado con el final, ya sólo a título de lo ejemplar de su estructura, algo que no necesariamente sucede en ajedrez. Es decir, en análisis, tal como Lacan plantea la cuestión, la estructura del final de análisis es coherente con la estructura del inicio. Y se puede señalar aún más, que la concepción que se tenga final de análisis modificará la del inicio y final de análisis.

Al comienzo la transferencia

Al comienzo del análisis está la transferencia”, es decir, lo que certifica un inicio de análisis es la transferencia.

Es algo sobre lo que siempre ha habido acuerdo, como recuerda Miller en su texto “¿Cómo comienzan los análisis?” A partir del encuentro de Freud con la transferencia esto es algo que siempre está aceptado, y con razón. La cuestión es qué concepción se tiene de la transferencia, algo que, a su vez, tiene que ver con el final del análisis.

Porque no es lo mismo la idea freudiana de la transferencia y, por ejemplo, la de Lacan en la “Proposición…” En Freud se consideró como un momento de emergencia libidinal infantil que se moviliza hacia el analista, se transfiere al analista. Es un momento propio de la emergencia de un costado de resistencia.

Lacan toma ese momento en el Seminario 11, donde lo vincula a la “presencia del analista” y el momento de detención de la asociación libre, límite de la rememoración. Pero va más allá de ese momento como momento de cierre y detención. También la sitúa en relación a la repetición, como la “puesta en acto de la realidad del inconsciente”1. Es decir, hace del obstáculo su solución.

Evidentemente, todo ello en tanto Lacan, a diferencia de Freud, tiene a su disposición una elaboración fundamentada a partir de la noción de significante y del sujeto del inconsciente.

Lo que en Freud constituye finalmente un freno que se relanza por vía de la interpretación, y que es tomado como inicio en tanto el analista está incluido en el inconsciente, en Lacan podemos además captar de otro modo que esa inclusión es más bien la constitución como tal del Otro en análisis, Otro en tanto significante al que remite el significante inconsciente.

Leer a Lacan impone seguir los subrayados que muy habitualmente refiere: el inconsciente está estructurado como un lenguaje. Y, un significante representa a un sujeto para otro significante. Fórmulas que hacen considerar de otro modo la división del sujeto y el punto de sostén propiamente significante de esta división.

No solamente se plantea en Lacan la separación, la no correlación, entre significante y significado, y la prevalencia del significante sobre el significado, del significado como efecto de la concatenación significante. Además se acentúa de manera radical la relación significante.

Antonio Múgica, miembro de la ELP y la AMP.

 

*Cursus de la BOL Bilbao «Iniciar un análisis», 18 de Marzo de 2024.

Notas:

  1. Lacan, Jacques. El Seminario, libro 11, Los cuatro conceptos fundamentales del psicoanálisis. Paidós, Buenos Aires, 1989, p. 152.