Espacio de Psicoanálisis y Salud Mental
Aún recuerdo cuando Bittor Puente me propuso explicar cómo ha influido mi análisis en mi trabajo. Dije que sí sin pensar. Ya ves, esta es la prueba de que soy párvula en esto del psicoanálisis.
Llevo dos años analizándome, acudo una vez por semana a mi sesión. Y hasta que Bittor me propuso escribir sobre ello nunca había pensado en cómo estaba influyendo mi terapia en mi trabajo. Así que lo que voy a decir es fruto de un ejercicio difícil. Los pequeños cambios que se han producido en mi estar y en mi hacer con los pacientes no han sido buscados. Han llegado sin ruido, despacio.
Para poneros en situación os tengo que decir que trabajo como monitora en el COTA, Centro de Orientación y Tratamiento de Adicciones. Este centro cuenta con un servicio de consultas externas y con dos Hospitales de día, uno para adultos y otro para jóvenes. Yo trabajo en los dos Hospitales de día. Seis
meses al año en uno y otros seis en otro. Mi trabajo consiste en acoger y acompañar a los pacientes en su proceso terapéutico. Participo junto con la enfermera en la acogida del paciente y luego en su seguimiento. Además de elaborar e impartir distintos talleres y grupos a lo largo del proceso terapéutico de cada uno de ellos. Mis intervenciones por tanto son grupales e individuales, pero tanto en unas como en otras se trabaja teniendo presente la particularidad de cada paciente. Asunto que enriquece en ambas direcciones.
Dicho esto, y esperando haberos puesto en situación, voy a intentar hablar de esos pequeños cambios que han surgido por influencia o a través de mi análisis.
Escuchar, escuchar al paciente. Algo primordial en mí trabajo. Algo que hago continuamente y que llevo haciendo años. Una acción de la que se habla y se escribe mucho.
En esta acción he notado un cambio. Ahora escucho al paciente con menos interferencias, con menos ruido de fondo y, no me refiero a interferencias y ruido externo, hablo de mis interferencias y mi ruido interno.
Otro pequeño cambio que he notado tiene que ver con mi impaciencia y con lo que espero del paciente. Me sale un juego de palabras, “espero más y espero menos».
Y por último me viene la palabra dificultad. Dificultad ligada a terapia. No es un proceso sencillo. No se dan cambios espectaculares. Esto va a pocos. Esto va despacio.
Olga Aguinaco, monitora en el COTA.